NIÑO INTERIOR

Imagen tomada de la red desconocemos la autoría

Ya no soy ese niño menudito hambriento de fantasía y de magia. Ya no sueño con pájaros de algodón que me columpiaban en altas esferas. Madre ya no me da el puré, ni me cuenta historias de los abuelos, y padre ya no interrumpe mis siestas para ir a pescar al río. Tampoco escucho las carcajadas de mis traviesos hermanos y la abuela ya no me teje un gorro, ni me hace magdalenas. Pero ese niño aterriza cada día en mi corazón para traerme recuerdos, para acompañarme en el frío, para cuidar mi alma. Descubrí que nuestros ángeles de la guarda también son esos niños/as que aguardamos dentro. Durante tiempo creemos silenciarlos, abandonarlos, perderlos para siempre, pero están ahí, esperando que te des cuenta y les devuelvas el abrazo. Y sí ahora somos un solo abrazo y quiero salir para correr sobre las hojas caídas de los castaños, pisar los charcos, abrazar a mis amigos con ese abrazo que rescata a esos niños. Quiero aprender a cocinar con humildad y a fuego lento los deseos de mi alma y ponerlos en la mesa de aquellos/as a los que amo. Sigo siendo ese niño que un día miró al mar con admiración y prodigio. Aquel niño libre y sin juicios cuya inocencia es capaz de crear un mundo. 

(Dedicado a mi prima Silvia, porque ella me enseñó el camino hacia ese niño y porque sus confidencias, su paz interior y su humildad marcaron tiempo atrás mi nuevo rumbo. Es imposible olvidarte. Algunas de éstas son también tus palabras que guardo muy dentro, en el alma. Tu magia, tus palabras, tu legado sigue aquí, entre nosotros.Para siempre amada) 


Javier Ochoa V.L , 2014 ©
Derechos reservados.
Prohibido cualquier uso sin permiso previo.