SILENCIO

Imagen tomada de la red

No hay nada más sabio en algunas ocasiones y ante distintas situaciones que un silencio. Ese silencio que es entendido y que sirve como contención a través de los gestos del cuerpo y, como ejemplo claro, un abrazo, una caricia, un apretón de mano o un beso en la frente. Estos actos que nacen desde la ternura, la comprensión y el amor son completamente sanadores y bellos. No hace falta ninguna palabra ni ruido para acompañar, la presencia ante quien nos requiere y ante nosotros mismos es suficiente. Hay silencios que elegimos también ante personas que nos chupan energía diariamente con el estruendoso ruido de esa negatividad que los habita y de la agresión gestual o verbal que los invade. Ese silencio no significa que te hagas pequeñito ante aquella situación con esa persona, es una enseñanza con un mensaje hacia el otro. Le estás diciendo lo que ha de saber con tan solo ese escudo ligero llamado silencio. Nadie ha de perturbar tu paz interior jamás. Los ruidos tóxicos expúlsalos de tu vida inmediatamente o no conseguirás avanzar en armonía con tu ser consciente y espiritual; te consumirán. El silencio es poderoso, una terapia para ti y para quienes te rodean. Atrévete a usarlo cuando lo necesites, te cambiará la vibración. El silencio es tanto distancia como cercanía. Amo todos y cada uno de mis silencios y los pongo a disposición de cuerpo y alma y también amo el equilibrio. ¿Y tú...?  
Javier Ochoa V.L, 2014 © 
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